El café no es sólo una bebida, es una forma de vida y, a medida que aparecen estudios sus bondades aumentan. En más de una ocasión, se le han atribuido al café efectos nocivos para la salud totalmente infundados si se consume con moderación. Es cierto que la cafeína aumenta la presión sanguínea, pero no por ello aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular, sino todo lo contrario, ayuda a prevenir los infartos.
Además de no dañar el corazón, alarga la vida. Una investigación realizada durante un periodo de 15 años desprende que consumir café diariamente mejora la esperanza de vida. Los hombres podrían vivir un 10% más mientras que las mujeres lo harían un 15% gracias al café.
No terminan ahí las propiedades medicinales del café. Su efecto analgésico ayuda a calmar el dolor, reduce el riesgo de sufrir depresión, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y ciertos tipos de cáncer.
En la práctica deportiva, la cafeína en dosis adecuadas aumenta los niveles de adrenalina, favoreciendo la predisposición general, la motivación y reduce el cansancio aumentando la resistencia y la recuperación muscular tras el ejercicio físico.
Pero los beneficios no sólo tienen efectos internos, el consumo habitual de café ayuda a mantener una piel joven y firme y contribuye, junto con una forma de vida equilibrada y sana a mantener la línea.
