A continuación te facilitamos una serie de consejos para que volver a clase sea nutricionalmente un coser y cantar:
1.- Es fundamental desayunar en casa antes de ir al colegio. Tostadas, leche, yogur, queso, cereales y fruta de temporada son algunas de las opciones que nos aportan la energía necesaria para empezar el día en plena forma y que redundarán positivamente en el rendimiento escolar y el estado de ánimo del pequeño.
2.- La inclusión de un tentempié a la hora del recreo nos ayudará a finalizar la mañana plenos de energía. Unos frutos secos, una pieza de fruta o un bocadillo nos aportarán ese empujón energético para mantenernos activos hasta la hora de comer. No nos olvidemos de incluir también una botella de agua para mantenernos hidratados durante las primeras horas del día.
3.- Para la merienda, tendremos que tener en cuenta el ejercicio que vaya a realizar el niño durante la tarde. Si acude a actividades deportivas necesitará un mayor aporte energético. Si va a realizar una actividad más intelectual o sedentaria podemos recurrir a un snack más ligero.
4.- La cena, al igual que la comida, es un momento esencial en la alimentación del niño. Si se queda a comer en el colegio intenta complementar el menú escolar con preparaciones equilibradas y variadas, incluyendo legumbres, hortalizas, frutas, verduras y algo de proteína, priorizando la carne blanca sobre la roja. Y recuerda que la cena es el momento ideal para poder charlar, hacer balance del día y compartir con el resto de la familia lo positivo y no tan positivo de la jornada.
Porque nos preocupamos en tener un planeta mejor